domingo, 27 de febrero de 2011

La gente que me gusta (Mario Benedetti)


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos del destino.


Me gusta la gente que es
justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.


Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.


Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.


A éstos los llamo mis amigos.


Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.


Me gusta la gente que con su energía, contagia.


Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.


Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.


Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.


La gente que lucha contra adversidades.


Me gusta la gente que busca soluciones.


Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.


Me gusta la gente que tiene personalidad.


Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.


La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.


Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.


No existe nadie que reúna todas éstas virtudes, no existe nadie que se dé cuenta de todo esto por sí solo, pero si leer esto no nos mueve a intentar ser así, no somos gente, somos lo que nos va a llevar al fracaso como especie.

martes, 22 de febrero de 2011

Cosas que encuentra uno por Internet...

LA REVOLUCION DE ISLANDIA: EJEMPLAR

¡ ¡ ISLANDIA ! !
Queridos hermanos de todo el planeta, aquí tenemos UN EJEMPLAR e inteligente pueblo humano que ha sabido echar del poder a los parásitos que manipulaban sus vidas para, la propia ciudadanía, tomar el control de su país y su existencia para comenzar a vivir en libertad de manera que algún día sus hijos tengan lo que ha sido negado a la humanidad desde sus albores: LA LIBERTAD.
Por supuesto, estos HECHOS son ocultados COMPLETAMENTE por los esbirros, desinformadores e intoxicadores medios de comunicación para que no lo sepamos. Por favor, difundamos esta información al máximo para que toda la humanidad comprenda que vamos a comenzar una nueva existencia en nuestro amado planeta sin parásitos controladores y esclavistas del ser humano.
Difunde, copia, COMPARTE PULSANDO ABAJO EN EL BOTÓN DE FACEBOOK, traduce y extiende esta información por todo el planeta, LA HUMANIDAD HA COMENZADO SU LIBERACIÓN POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA. EL IMPERIO DEL MAL HA TERMINADO EN NUESTRA MADRE TIERRA.
DESPERTARES

Obsérvese al luchador anónimo de la capucha a la derecha V...
Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos de Túnez que han desembocado en la huida del tirano Ben Alí, tan demócrata para occidente hasta anteayer y alumno ejemplar del FMI. Sin embargo, otra “revolución” que tiene lugar desde hace dos años ha sido convenientemente silenciada por los medios de comunicación al servicio de las plutocracias europeas. Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía yo hasta que me he enterado por casualidad (a pesar de haber estado allí en el 2009 y el 2010). Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución. Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez más por si todavía no estaba claro, al servicio de quién están los medios de comunicación y cómo nos restringen el derecho a la información en la plutocracia globalizada de Planeta S.A.
Esta es, brevemente, la historia de los hechos:
  • A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota.
  • El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos.
  • Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que cae víctima de la crisis mundial.
  • El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir.
  • A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.
  • Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.
  • En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva victoria de forma pacífica.
  • El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se resuelva la devolución de su deuda.
  • A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson.
  • En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
  • Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protegan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.
Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a todas estas causas juntas.
Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000 habitantes, con un entramado social, político, económico y administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, por lo que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.
El país ya ha iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea. Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia, porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos.



Una revolución silenciada

Los islandeses se han rebelado contra su gobierno, exigiendo que no se pague la deuda de los bancos.

17/02/2011 JUAN MANUEL Aragüés 
La información ha sido siempre un arma de poder. Controlar la información es controlar lo que la gente conoce y, por lo tanto, condicionar su visión de la realidad y, con ella, sus acciones. En nuestras sociedades mediáticas, la información se ha convertido en el centro de la batalla política, pues el acceso de los ciudadanos al mundo, a la realidad, se realiza a través de los medios de comunicación. Su potencia se ha podido comprobar estos días con los sucesos del Magreb, donde las movilizaciones se han extendido como la pólvora gracias a la televisión e internet.
Lo que no aparece en los medios, no sucede. Esa es la máxima que se ha debido de aplicar con el extrañísimo caso de Islandia. Sí, Islandia. Islandia debería ser noticia, portada de informativos. ¿Por qué? Pues porque en Islandia, la población ha tomado las calles, cacerola en mano, para mostrar su radical oposición a su gobierno. Y la movilización ciudadana no solo ha provocado dos crisis de gobierno, sino que ha forzado un proceso constituyente, la redacción de una nueva Constitución que evite que se repitan situaciones como las que se han producido a lo largo de esta crisis global. ¿Y qué situaciones son esas?
Los tres bancos principales de Islandia se lanzaron, al abrigo del neoliberalismo rampante, a una política de compra de activos y productos fuera de sus fronteras. Como ha ocurrido con numerosas entidades bancarias, esos productos resultaron ser basura, de esa que a Rodrigo Rato le parecía una estupenda apuesta financiera cuando era director del FMI, lo que llevó a las citadas entidades a la bancarrota por sus deudas en Holanda y Gran Bretaña. El gobierno islandés procedió a nacionalizar los bancos y a asumir sus deudas. Ello supuso que cada ciudadano de Islandia se encontrara con una deuda de 12.000 euros. Como ocurre por todas partes del planeta, la mala gestión de entidades privadas debe ser enjugada por instituciones públicas y, por lo tanto, por la ciudadanía en su conjunto.
La diferencia radica en que los ciudadanos islandeses, ante el escándalo de la situación --escándalo que es asimilable al que sucede en todos los países occidentales-- se rebelaron contra su gobierno. Así, se lanzaron a la calle, exigiendo que no se pagara la deuda de otros. Unos otros que cuando tienen beneficios no se acuerdan de los ciudadanos y los estados, pero que recurren ansiosos a ellos cuando se encuentran en situaciones de apuro. El gobierno, que insistía en pagar la deuda, por la presión del FMI y de los gobiernos de Holanda y Gran Bretaña, se vio forzado a convocar un referéndum, en el que el 93% de la población se negó a pagar la deuda de otros. Ello provocó una crisis política de profundas dimensiones que ha desembocado en dos crisis de gobierno y en la creación de una comisión de ciudadanos de a pie encargados de redactar una nueva Constitución. Los islandeses se han hartado de que les tomen el pelo y han decidido tomar su destino en sus propias manos.
El caso es sorprendente. Pero lo que quizá sea más sorprendente es que este proceso, que se viene desarrollando en los dos últimos años y que está en plena efervescencia, con una ofensiva del Partido Conservador para declarar ilegal el proceso constituyente (¡qué miedo tienen los conservadores de toda laya a la ciudadanía!), que este proceso, insisto, no haya merecido un solo comentario en los informativos. Cuando los volcanes de Islandia estallaron hace meses, sus cenizas cubrieron Europa y provocaron un enorme caos aéreo. Probablemente, el temor de que las cenizas del volcán político islandés provocaran efectos sociales en Europa es una explicación plausible de este silencio. El efecto contagio, lo hemos visto en el Magreb, es una de las características de la sociedad mediática.
Los islandeses nos muestran un camino diferente para salir de la crisis. Tan sencillo como decir basta y recordar que la política, y quienes la ejercen, debe estar al servicio de la ciudadanía, y no de los intereses de entidades privadas cuya voracidad, cuyo egoísmo, cuya falta de ética (véase el caso de los recientes bonus por 25 millones de euros a directivos de Cajamadrid) está en el origen de esta crisis. En Islandia se ha cursado orden de detención contra los ejecutivos de las entidades en cuestión. En Islandia, arrinconando a los partidos sistémicos, empeñados, como aquí, en someterse a los dictados de los mercados, la ciudadanía se ha convertido en protagonista. Los islandeses lo han dicho claro: que las deudas las paguen los que las generan, que la crisis la pague los que la han producido.



¿Y si se hiciese en España algo parecido? No, no lo creo...

jueves, 17 de febrero de 2011

Complementarios






Puede que no den muchas ganas de comerlos, sobre todo al sector masculino, pero hay que reconocer que producto y nombre se complementan a la perfección.

jueves, 3 de febrero de 2011

Entre líneas

Ayer leí el periódico, quizá esté mal que sea algo excepcional... pero cogí uno en la cafetería de la universidad y después, en la soledad del viaje de vuelta en tren me apeteció echarle un ojo y leer lo que me llamase la atención. Mucho Egipto (ya era hora de que me enterase bien de qué coño está pasando), mucho Zapatero y mucho Rajoy, y poco más, aunque no está de más reconocer que en lo que más ganas puse fue en leer las hojas de deporte. A lo que iba, en medio de una noticia sobre el descenso de la venta de coches en los últimos meses en España (las únicas noticias de las que leo algo más que el titular son las que hablan de datos estadísticos o cosas que por huevos tienen que ser objetivas, no me gusta que me intoxiquen con sus ideologías), leí lo siguiente:

"En concreto, la mayor disminución se registró en el segmeto de la venta a particulares, con un retroceso del 43,3%, mientras que los demandantes de mayor nivel adquisitivo, que quedan reflejados en la matriculación de vehículos de lujo, y las empresas parecen inmunes a la adversa coyuntura económica; sus compras aumentaron un 133% (si, es 133, no es 13) y un 20,8%, respectivamente.

Yo no sé de economía, no sé de política, pero no soy gilipollas. Como digo siempre, el dinero es como eso de la energía que nos enseñaron unos años atrás, ni se crea ni se destruye, pero con una diferencia: no se transforma, simplemente cambia de manos.

 Al leer esto pueden pasar dos cosas: puedes leerlo, levantar las cejas cuando ves lo del 133%, pensar "como me gustaría tener un coche de lujo" y pasar la página o puedes reflexionar un poquito y darte cuenta de las cosas. Mientras la población media, la gente normal y corriente para entendernos, cada vez puede permitirse menos gastos y se reduce casi a la mitad el número de coches que compramos (esto se refiere a coches pero se podría aplicar a muchos y diversos gastos), los "demandantes de mayor nivel adquisitivo" aumentan en más del cien por cien (hay que pararse a pensar en lo que esto significa) la compra de coches, perdón, corrijo, de coches de lujo. No hay que ser muy listo ni inteligente para llegar a la conclusión de que la pobreza de unos siempre enriquece a otros (todavía hay alguien que se preguntará por qué hay pobreza en el mundo, por eso amigo, por eso...) y que cuanto menos tiene alguien, más tiene otro alguien. Esto pasa, está pasando, día a día,¿y la sociedad qué hace? La sociedad piensa lo que le diga el canal de televisión que ve o el periódico que lee (dije que un día hablaría del borreguismo, pero no va a ser hoy tampoco), si a unos les dicen que Zapatero se llena los bolsillos a costa nuestra y que es un chorizo y un ladrón, se lo creen, y si a los otros les dicen que Zapatero es un angelito que va a intentar cambiar la situación y lo va a conseguir, también se lo creen, se creen lo que se quieren creer y es todo metira, la única verdad que hay, por triste que sea, es que lo único que manda sobre la sociedad, sobre el mundo, es el dinero, y lo que es más triste aún es que no, no se puede arreglar. Ni Zapatero lo va a arreglar, ni Rajoy, en caso de que gane las elecciones lo va arreglar, ni Zapatero ni Rajoy compran coches de lujo, no. ¿Y quién los compra? ¿Quiénes son los "demandantes de mayor nivel adquisitivo" (llamativo eufemismo para no decir "los ricos", por cierto)? Pues los compran los grandes empresarios, sí, esos que cualquier día despiden a nuestro padre (y a nosotros cuando trabajemos, si algún día trabajamos), lo dejan en la puta calle y con los beneficios que gane su empresa cambia el Porsche por un Ferrari, esos son los que los compran. Esos, sus hijos y a quien ellos quieran enchufar. Y si los políticos y la prensa nos intentan engañar es porque es tan patética la realidad que si todo el mundo se diese cuenta de ello quizás todo se iría a la mierda. Esto está montado así y arreglarse no se va a arreglar, es imposible, irá a más y a más y a más hasta que explote, y algún día, más pronto de lo que pensamos, esto va a petar, va a estallar la burbuja y mejor no imaginar lo que puede pasar entonces.