domingo, 17 de julio de 2011

Hay muchos tipos de violencia

20 minutos, 7 de julio de 2011

Sin proponérselo, Ablaye se ha convertido en una especie de ídolo para los inmigrantes de Lavapiés. Este senegalés de 29 años rehúye del protagonismo y se muestra incómodo al recordar su vida. Pero desde el martes es uno de los vecinos más conocidos del barrio. Ese día recibió el apoyo de decenas de personas que intentaron impedir su traslado a comisaría. “No lo esperaba, es la primera vez que me pasa. Nunca imaginé que tanta gente blanca se uniría para ayudarme. Me alegró mucho”, contó el joven a 20 minutos ayer tras salir de la comisaría. Después, fue instado a acudir al Grupo de Extranjería de la comisaría de Centro para resolver su situación irregular, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía. 


Pese al revuelo, Ablaye Seck reconoce que no es del todo inocente. “Es cierto que me colé en el metro. Fue mi error. No tenía billete, salté y me cogieron”. Su versión concuerda con el relato policial. Según una portavoz de la Jefatura, “se siguieron en todo momento los procedimientos habituales: los vigilantes alertaron a los agentes y se personaron en el metro; le pidieron la documentación, como se hace con cualquier persona, y al no tenerla encima se dispusieron a trasladarlo a comisaría para identificarlo. Está en regla, así que salió libre”.


Al verlo rodeado por la Policía, las personas que ocupaban la plaza interpretaron que era una “redada masiva contra la inmigración”. Y salieron en su apoyo: “Era muchísima gente. Cantaban y gritaban que “ninguna persona es ilegal”. Y se unían más por todas partes. Creo que la gente está harta de que nos controlen por la calle. Sólo lo hacen con los negros”, explica Ablaye.


El joven aclara que “esta vez” la Policía le trató “con educación”. Aunque no siempre tiene la misma suerte: “No todos son buenas personas. Algunos miran con mala cara y gritan. Pero siempre estoy tranquilo: me han llevado cinco veces a comisaría y siempre sé que voy a salir porque no robo, ni mato, ni soy ilegal. Ni siquiera vendo CD ni droga, solo collares que yo hago”, explica. ¿Su sueño? “Poder andar tranquilo por la calle. Es triste que te paren por tu color. Eso está feo, ¿no?”.


Ablaye llegó a Madrid hace tres años. Pero su periplo desde Senegal comenzó mucho antes. De su país salió en patera hacia Las Palmas. De ahí fue a Fuerteventura, luego a Málaga y , finalmente, llegó a Madrid. Aquí le esperaba su primo Magatt, que vive en España desde hace 10 años. Ablaye ha tenido contratos laborales, pero ahora mismo vive de su artesanía. "Estoy buscando trabajo, pero no hay suerte".


20 minutos, 14 de julio de 2011

Los ánimos en Lavapiés están caldeados. En la última semana, los vecinos se han amotinado en dos ocasiones contra la Policía: primero, cuando intentaron identificar al senegalés Ablaye Seck tras colarse en el metro; y, el martes, cuando los agentes detuvieron a otro africano que trapicheaba con droga. En ambos casos, la Policía acabó marchándose del barrio ante la protesta ciudadana.
Los vecinos, indignados, presentan a la Policía como "acosadores de inmigrantes". Pero otra gran parte de los residentes creen que el barrio necesita patrullas constantes para reducir su conflictividad. Claudio, un joven treintañero del barrio que vivió las dos protestas contra la Policía, da en el clavo: "Hay excesos policiales que no deberían ocurrir, pero esto tampoco se puede convertir en un barrio sin ley. Unos se quejan de la falta de vigilancia, y otros, del exceso de control policial. Las dos posturas son radicales, hay que encontrar un equilibrio entre ellas".


El 15-M ha caldeado el ambiente y saltan a la mínima Lavapiés presenta las dos caras de la moneda. Por un lado, es un barrio multicultural, lleno de vida. Por otro, hay quejas por tráfico de droga, gritos y peleas. Los vecinos llevan años pidiendo más patrullas para reducir conflictos. Ahora, temen que las protestas de los indignados los ahuyenten. "Sí, vigilan mucho, pero no lo veo exagerado. Es su labor, hay que cortar la delincuencia", dice un camarero de la plaza.


Aunque, en ocasiones, el control sobrepasa los límites: "Es una zona conflictiva y la Policía da seguridad. Que se metan con la droga, bien. Pero también van detrás de los negros que venden sus collares y se buscan la vida como pueden, sin hacer daño a nadie", apunta Ana.

"Las redadas racistas crispan"

El origen de las protestas ciudadanas en Lavapiés está en la identificación de los inmigrantes por parte de la Policía. "Hay cansancio, la gente está harta de la persecución a los extranjeros, saben que son redadas racistas y eso crispa mucho", dice Silvia, de la Asociación Sin Papeles. En cambio, la Policía cree que "se está exagerando mucho, el 15-M ha caldeado el ambiente y saltan a la mínima, pero los agentes hacen su trabajo", sostienen en la Jefatura.


EUROPA PRESS, 6 de julio de 2011


El 'Movimiento 15-M' paraliza un tercer desahucio en Madrid

Se trata de una mujer parada con dos hijos que reside en el barrio de Ciudad Lineal


El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TJSM) ha decidido suspender por "motivos de orden público" el desahucio que estaba previsto para este miércoles que afectaba a una familia cuya madre lleva tiempo en paro y uno de sus hijos sufre una discapacidad del 77%.

Varias decenas de personas, más de 300, según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), se han acercado desde primera hora de la mañana a la calle Virgen del Lluc, con el objetivo de evitar que el desahucio se llevase a cabo.

Para impedirlo, la PAH y el movimiento 15-M habían convocado una acción "cívica y pacífica" a las 8.30 horas en la salida de la calle Doctor Vallejo de la estación de Metro Pueblo Nuevo de Madrid. Desde allí, personas de la plataforma han conducido a los asistentes al portal de la familia afectada, donde han esperado sin éxito la llegada de la comisión judicial encargada de ejecutar el alzamiento del desahucio.

La plataforma ha explicado en su Twitter que entre las personas que se han acercado a paralizar el desahucio se encontraban los dos ciudadanos cuyos desalojos también se consiguieron frenar tanto en Tetuán como en el municipio de Parla.

En declaraciones a los medios, el portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca(PAH), Eloi Morte, ha asegurado que el desahucio es "muy grave" por la situación que atraviesa la familia que, según explica, "se encuentra en imposibilidad de pagar las cuotas hipotecarias desde 2008".

Según ha relatado Morte, se trata de una madre divorciada sin pareja en la actualidad que tiene una hija de 24 años, actualmente en el paro y un hijo un año mayor y con el 77 por ciento de discapacidad.
El portavoz ha añadido que, ante tal situación, la cabeza de familia no dispone de tiempo para encontrar empleo por tener que "cuidar al hijo las 24 horas del día".

Lista de espera de cinco años

Ante la imposibilidad de hacer frente a la hipoteca, la afectada ha solicitado ayuda a los Servicios Sociales que, según Morte y ante la lista de espera de más de cinco años para obtener un piso de Protección Oficial, les han comunicado que "se vayan a un albergue". Asimismo ha apuntado que el banco "les pide 200.000 euros de deuda a parte de dejarlos en la calle", un hecho que cataloga de "inadmisible".

El portavoz de PAH ha defendido también que, en el marco del procedimiento que las entidades financieras llevan a cabo para realizar dichos desahucios, éstas "amenazan" y realizan "llamadas a altas horas de la madrugada" provocando a los afectados "un agotamiento moral".

Por su parte, Chema Ruíz, también portavoz de la plataforma, ha afirmado que las entidades bancarias "siguen echando a la gente de su casa" aunque, "curiosamente", la entidad propietaria del domicilio "va a recibir en estos días una inyección importante de dinero público".

La PAH ha vuelto a pedir a los poderes públicos la paralización de todos los procesos de desahucio en curso y soluciones concretas para los miles de hogares que actualmente se encuentran en esa situación.

En este marco, ha exigido una reforma urgente de la Ley Hipotecaria, la regulación de la dación en pago y la inclusión de todas las casas desahuciadas en el parque público de viviendas de alquiler social.
"En definitiva, reclama que, tal y como contempla la Constitución Española en su artículo 47, el Estado garantice el derecho de todos los ciudadanos a una vivienda digna y adecuada", ha concluido la plataforma.

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 Tres noticias de este mes, tres de las muchas que salen, han salido y seguirán saliendo. Nos pensamos que vivimos en un mundo y un país muy desarrollados y se siguen cometiendo barbaridades día sí y día también. Porque dejar en la calle a gente sin medios para vivir, es como matarla lentamente. Dejar que los bancos y sus beneficios sean la prioridad por encima del bienestar de la gente que menos tiene también es violencia en mi opinión. Para los que vivimos cómodamente y nos dan hecho casi todo (no nos engañemos) es muy fácil decir que esa gente debe pagar lo que hace, que si los echan o la policía les da una paliza es porque son gentuza que no se ha ganado la vida decentemente nunca y que lo único que quieren es jodernos a los demás y quitarnos las cosas que nos corresponden, es muy fácil pensar así. 

Lo que es muy difícil es ponerse en la piel del inmigrante que a los 20 años deja a su familia PORQUE SE ESTÁN MURIENDO DE HAMBRE, paga el poco dinero que tiene a un tipo que tiene una barca formada por cuatro tablas (pateras las llaman) y arriesga su vida (muchos mueren, que no se nos olvide) para atravesar el estrecho o llegar a las Canarias, para intentar conseguir algún dinero de una forma digna o indigna, como puedan, y mandarle algo a sus padres, sus hijos y demás, que se siguen muriendo de hambre en África. Una vez aquí, si fruto de la desesperación por no tener como ganarse la vida acaban vendiendo drogas o no pagan el euro que vale el Metro, lo que es muy fácil es decir que vienen a España a generar violencia, a hacer cosas malas, que son gentuza y que se vayan a su país. Tengo claro que si ellos pudiesen se volverían a su país a la mínima ocasión. 

Y mientras, se gastan cifras mareantes en misiles, tanques y sueldos de políticos, diputados y senadores. En equipos de fútbol y baloncesto. Y en otras muchas cosas. Los pepinos que no se pueden comercializar por lo de la bacteria E. coli SE TIRAN a la basura. En las plantaciones y huertos, al mínimo desperfecto de los productos, se desechan toneladas de ellos al año, y nadie dice nada. Que digo yo que aunque sólo fuese coger todo lo que tiramos, meterlo en un avión y llevárselo a quién lo necesita no nos costaría tanto. Pero... ¿qué beneficio sacamos nosotros? ¿quién paga el combustible del avión? Pues ahí están ellos muriéndose de hambre. Pero eso según muchos, no es violencia.


Muchos creen y dicen que el movimiento 15-M se dedica a defender lo indefendible, a ir en contra de las leyes, porque son una panda de perroflautas, vagos y maleantes que no saben que hacer con sus vidas. La gente que va a parar un desahucio, la gente que intenta que a un negro que salta el torno del Metro no le den una paliza los policías y gente que hace otras cosas, no es porque piensen que traficar con drogas, no pagar el transporte público y no pagar la hipoteca sea lo que se tiene que hacer. ¿Cómo van a pensar eso? Se busca que las formas sean otras, se busca que a la gente se la trate como a personas, no como el dinero que pueden generar o producir. En el momento en que se empezó a tratar a la gente como mercancía se creó un nuevo tipo de violencia silenciosa y "legal", que muchos se empeñan es esconder, porque este sistema funciona para los que interesa que funcione, para los que más tienen. Y así está sucediendo, los que más tenían tienen más, los que menos tenían cada vez tienen menos y esto tiene que estallar por algún lado.


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