Calor

Hoy mi tren ha tardado 20 minutos más de lo normal, gracias a lo cuál, por cierto, me ha dado tiempo a terminar el sudoku que estaba haciendo porque si no... ¿Por qué? Pues porque cuando ya salía de Valdemoro, se ha quedado parado. Me he temido lo peor, que se hubiese roto y hubiese que bajarse o algo de eso, la verdad es que tenía muchas ganas de llegar porque me estaba torrando literalmente, iba lleno el maldito tren y hacía un calor del carajo. Bueno, resulta que se ha parado porque una mujer, a causa del calor que hacía ahí dentro, se ha desmayado y la han tenido que bajar del tren para que le diese el aire en un banco de la estación y le diesen agua los guardias de seguridad, que por lo visto sirven para algo más que decirle a la gente que no ponga los pies en los asientos. ¿Y por qué esperar 20 minutos? Al principio pensaba que era para que la mujer pudiese volver a subirse al tren cuando se recuperase un poco, pero no. De repente han enchufado el aire acondicionado a toda pastilla, supongo que para que se enfriase un poco el vagón y no se desvaneciese nadie más, yo flipaba. Osea que para que enchufen el aire le tiene que dar un chungo a alguien, si no a joderse los pasajeros muertos de calor y sudando como cerdos, que poca vergüenza. Y lo mejor es que en cuanto se ha enfriado el ambiente un poquito y ya se ha ido el tren, han vuelto a apagar el aire y en el trayecto de Valdemoro a Aranjuez ha dado tiempo de sobra para que el vagón se calentase de nuevo y volviese a hacer un calor sofocante. 

A parte de este episodio, no entiendo por qué le cuesta tanto a todo el mundo, ya sea en trenes o autobuses, poner el puñetero aire acondicionado y tan poco poner la calefacción, cuando el aire acondicionado es mucho más necesario y el calor mucho más molesto que el frío. No he visto a nadie desmayarse por frío ni que se le congelen los dedos a un anciano de momento. Además, cuando hace frío siempre tienes la opción de no quitarte el abrigo, ni el gorro, ni los guantes, ni la bufanda... Cuando hace calor llega un momento en el que NO TE PUEDES QUITAR MÁS COSAS o te desnudas ya allí, y seguro que encima te denuncian. Es que no creo que sea tan sumamente difícil de entender, digo yo.