miércoles, 6 de marzo de 2013

Casualidades

"Se han encontrado trazas de caballo en hamburguesas de Ahorramás" era la noticia hace unas semanas. Quién nos iba a decir que así, de repente, iban a aparecer en otros alimentos con frecuencia en las siguientes semanas. ¿No es extraño? ¿Acaso hace dos meses no se analizaba la comida? ¿Acaso no había medios como para identificar el ADN de caballo? ¿Por qué ahora? No lo sé, pero cuesta creer que no tenga detrás algún interés.


Hace relativamente poco, 'se pusieron de moda' los incidentes en vuelos de Ryanair. Así, de la noche a la mañana, empezaron a salir casos de irregularidades día si, día también. Los seguirá habiendo, pero casualmente, ya no nos los cuentan. ¿Qué se consiguió? Dos cosas: Desprestigiar a la compañía, casualmente coincidiendo aproximadamente con la puests en marcha de la compañía low cost de Iberia; y también causar conmoción en la sociedad. "Ya no vuelo más con Ryanair", "pues yo he viajado un par de veces con ellos, que suerte que no me pasó nada". Distracción.



En el caso de las trazas de caballo, también tengo bastante claros los intereses. El primer interés es desprestigiar a las empresas en cuyos productos se han encontrado esas trazas, ya que, por desgracia, supongo que habrá trazas de un montón de cosas que no se especifican en la etiqueta de muchísimos alimentos. De casi todos, diría yo, porque todos sabemos que no comemos lo que nos dicen que comemos. Todos sabemos que las verduras y las frutas tienen pesticidas. Y que la carne del Burger King y el McDonalds es de dudosa procedencia. Pero a alguien le interesará por alguna razón señalar a esas empresas en esta ocasión.

Y para mi, a riesgo de parecer paranoico (quizá lo sea, al fin y al cabo siempre he creído en las "teorías de la conspiración"), el segundo y más importante interés es el de mantener a la gente ocupada con algo. Con algo mucho menos importante que los recortes o la crisis. Que la gente se indigne porque está comiendo caballo sin que se lo digan (que no es que yo diga que no sea razón para enfadarse) y así se indigne menos por otras cosas. Y además, al final se venderá todo como un éxito. Sanciones ejemplares a las empresas y retirada de esos productos del mercado. Y la indignación se convierte en satisfacción. No digo que sea mentira que haya trazas de caballo en hamburguesas y albóndigas, claro que las habrá, y de más cosas que no nos dicen. Pero dejaran de salir casos en las noticias, seguiremos comiendo la misma mierda que hace un mes y los problemas importantes de verdad seguirán existiendo.

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