lunes, 24 de enero de 2011

Selección de consejos

A veces la familia te da consejos, es habitual que los más mayores, que ya saben más a cerca de la vida, intenten prevenir a los más jovenes antes de que cometan los errores que ellos cometieron. En los últimos meses me he cansado de escuchar de boca de padres, tíos y demás, que este año con el primer año de universidad me iba a dar la hostia si no estudiaba mucho, si no apretaba desde el principio. Que esto no es como el instituto, que aquí aprobar es más caro y que te puedes creer que vas bien, pero luego te ponen un exámen imposible y te das cuenta de que no vas tan bien. Que hay que estudiar desde el principio... en fin, todas esas cosas. Evidentemente, no he hecho mucho caso, y así me ha ido, no demasiado bien. De todas formas, hay veces que escuchamos los consejos y aún sabiendo que son verdad y que tienen razón, preferimos desobedecer, nos gusta equivocarnos nosotros mismos, también tenemos derecho, ¿no? 

En ocasiones, escuchamos cosas que sí nos gusta escuchar, aunque sean menos sensatas que las otras, normalmente provenientes de alguien más joven que nuestros padres. Eso me pasó esta navidad. En una comida familiar, alguien que no hace demasiado que terminó la carrera me dijo: "A mi al principio me ponían ceros, llegaba el profesor y para quedarse a gusto hala, un cero. Me acostumbré a ello y al final, cuando le cogí el aire a la carrera acabé con un único objetivo: sacar cincos. Sólo quería sacarme cincos, no más nota, para poder decirle al profesor "jódete, que he aprobado con lo mínimo, haciendo lo mínimo para aprobar", pero eso no quiere decir que tú tengas que hacer lo mismo eh". Evidentemente, estas palabras han tenido mucha más influencia en mí que las que me han repetido 500 veces otras personas, y puede que sea simplemente porque eso era lo que quería escuchar y ni siquiera era un consejo pero mira, ese hombre esta trabajando y vive bastante bien, es feliz y se sacaba cincos y lo llevaba a gala. Tal vez no haga falta ser el más sobresaliente para lograr tener lo que buscamos. Tal vez con conseguir lo que realmente nos llena, fijándonos objetivos tan aparentemente absurdos como joder a un profesor sea como se consigue una motivación que a veces nos falta. Quizá si he suspendido algunas asignaturas en ese primer cuatrimestre sea porque estoy aún calibrando qué es lo mínimo que tengo que hacer para sacar un cinco y me haya quedado un poco corto, habrá que seguir acercándose.

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